Mientras Juan Manuel Moreno toma posesión de su cargo como presidente, el nuevo gobierno de Andalucía abre en canal a la sociedad española para remover sus tripas y sacarla del letargo que cada cierto tiempo, se asienta en este país. ¿Quién teme a este lobo feroz que vuelve más feroz que nunca? Habrá que analizar por qué la ultraderecha entra de lleno en el juego político no sólo en Andalucía sino en todo el país.

Cientos de personas convocadas por los sindicatos (Sat, sindicato andaluz de trabajadores) rodean el edificio y gritan lemas de indignación contra el nuevo gobierno de Andalucía pensando con tristeza, digo yo, porqué el pueblo andaluz no salió en masa a votar.
Mujeres, hombres, colectivos de toda índole, desfavorecidos, inmigrantes y hasta el partido socialista, desbancado sin remisión de la escena política andaluza, han salido a la calle no solo en Andalucía sino en ciudades de toda España. Mientras, el nuevo presidente se da un baño de multitudes.

El aviso es claro y contundente: ni un paso atrás en derechos adquiridos pero ¿qué creían los andaluces que era votar a la derecha, a la extrema derecha? o mejor ¿qué creían los andaluces que iba a pasar si el castigo al Psoe era no votar?
La izquierda cuando se enfada, se queda en casa. La derecha cuando ve la oportunidad, sale en masa a votar para poner de moda democráticamente argumentos que en algunos casos, rozan lo anticonstitucional y en otros machacan directamente lo constitucional.
Nuevo Gobierno andaluz votado por pocos
Una bajísima participación propicia la hecatombe democrática. Debe usted saber que en democracia, también se producen hecatombes políticas, recortes de los derechos humanos y cosas peores. En Andalucía viven más de 8 millones y medio de personas. Tan solo un 58’65% votó en las elecciones y solo, 400 mil votos fueron para la extrema derecha. El PP perdió votos como nunca en las pasadas elecciones andaluzas y sin embargo, a día de hoy, esta gobernado esta Comunidad Autónoma.

Son pocos votos en comparación con la población total andaluza pero suficientes para propiciar un cambio, como dicen histórico, donde después de 40 años de socialismo desgastado, los señoritos han pasado a ser los gobernantes.
El nuevo gobierno de Andalucía, presidido e investido por mayoría absoluta, lo forman los de la derecha conocida y de siempre, el PP; los que se empeñan en distanciarse de la derecha pero pactan con ella y tragan, Ciudadanos y la extrema derecha feroz que siempre ha existido pero que hasta ahora, se mantenía fuera del juego político, Vox.

Aquí tenemos a los lobos y mientras, caperucita, la izquierda de Adelante Podemos y su abuelita, el Psoe de Susana Díaz, que no el Psoe de Pedro Sánchez, se atrincheran en una oposición en minoría y difícil de ejercer en un parlamento condicionado por una extrema derecha que ya ha dicho en su primer discurso que defenderá a muerte sus 19 puntos ley por ley.
Seguramente el sr. Moreno, presidente de todos los andaluces, lo va a tener también muy difícil para hacer un gobierno en Andalucía con un tripartito incoherente donde Ciudadanos no se siente cómodo, o por lo menos esos dice, con las ideas y los puntos de pacto de Vox y donde el PP ha tenido que dejar ver su cara más feroz sin bajar la guardia del juego democrático.
Aprovechando las ventajas digitales para ganar el gobierno en Andalucía

La derecha siempre ha hecho muy bien sus deberes de marketing y a lo largo de la historia, siempre ha sabido aprovechar los momentos socialmente débiles para hincar el bocado.
Las redes sociales, como ya pasara con las elecciones en EE.UU, han dado mucho juego a la extrema derecha. El descontento social y la poca participación ha hecho el resto.
Los discursos xenófobos, homófobos y otros polémicos, como la violencia de género han hecho encender nuevamente el poder de las masas desviando el debate político a temas de actualidad que ya estaban más que claros en esta sociedad y apartando los verdaderos problemas de los andaluces, de los españoles.
Los datos manipulados, las llamadas Fake News han sido estratégicamente distribuidas a través de las redes, whatsapp, email… El Internet de los datos ha vuelto a dar un vuelco a unas elecciones sin que los ciudadanos apenas se hayan dado cuenta.
Mantener a raya al lobo feroz es posible
No hay que tener miedo al lobo feroz. Hay que mantenerlo a raya y sobre todo, salir a votar a partidos que aunque no nos gusten, por lo menos se empeñen en continuar la lucha por el mantenimiento de los derechos de las mujeres, de los ciudadanos más desfavorecidos por razón de raza, sexo, de dinero y otros muchos ya adquiridos.
Los pobres de este país y digo de este país refiriéndome a todos, a los inmigrantes que viven en España también, deben seguir siendo protegidos con las armas que tenemos, las elecciones. Como siempre, en democracia, todo depende de lo que votemos.

Se avecinan pactos de la izquierda como el de esta misma mañana en Madrid, con Más Madrid.
Hay que aunar esfuerzos, ideas sin exclusiones por siglas o narcisismos porque por delante de las siglas, está la coherencia social. En Suecia, el partido centrista propicia un pacto de gobierno para aislar a la ultraderecha aunque el centro derecha se revuelve y amenaza.
Se acercan a pasos agigantados las elecciones generales, las municipales… Pretendemos salir a la calle a defender derechos sin defenderlos en las urnas y eso, en democracia es casi imposible.
Este hecho, lo sabe muy bien la derecha, la extrema derecha, que ahora que no puede tomar el país por las armas, lo intenta tomar vía urnas con el beneplácito de los electores que cuando se dan cuenta verdaderamente lo que han votado, se llevan las manos a la cabeza…o no.