Relatos en Valencia. Estaban hechas la una para la otra. El calor había hecho posible el milagro. El calor y la inconsciencia humana que con su mal hacer, había provocado esta vez, una maravilla. Ellas, estaban predestinadas.
Estaban encantadas y una a la otra y la otra a la una se daban vida. Hacía tiempo que se veían desde lejos y por debajo del manto, entrelazaban sus vidas hasta unir sus raíces, su savia, su existencia. Ahora, por fin, estaban juntas.
Nadie las molestaba aunque provocaban la envidia general. Su abrazo eterno ayudaba porque entre las dos se hicieron una y mientras les hacían fotografías, ellas pensaban que ojalá aquello durara siempre. Pero en este mundo las mezclas nunca son bienvenidas por desgracia para este mundo y lo inevitable, pasó.
Un jardinero desaprensivo se acercó y con saña las separó, matando a una y salvando a la otra que, al cabo de los días se secó y murió también. El escarabajo picudo, decían pero yo sabía muy bien quién la había matado.
Epílogo: En estos Relatos en Valencia se escenifica la vida misma. Qué manía el ser humano con empeñarse en separar lo inseparable y pensar lo no pensable. Consecuencia, el horror.