Percebes. Los encontramos en el mercado de la Plaza de Lugo de A Coruña. Nunca los había comido, nunca los había fotografiado. Me cautivaron a primera vista. Con la ayuda de los percebeiros conseguí una imagen que vale más que mil palabras.
Ahora es época de jugarse la vida en Galicia. Los percebeiros se agarran como pueden a los salientes escarpados de rocas imposibles, manteniendo el equilibrio y soportando las embestidas de ese mar que más que un mar, es el enemigo público número uno.
El atlántico hace de los percebes, un tesoro escondido entre espuma, rocas y valor.
Los percebes se muestran tal y como son
Con las Navidades a la vuelta de la esquina, los percebes se agarran despavoridos a la roca. La belleza de estos crustáceos marinos entró sola por la cámara.
Sus cuerpos cilíndricos acaban en una especie de caparazón calizo y se adhieren fuertemente a las rocas a través de un pedúnculo carnoso, comestible y exquisito al paladar.
Sin retoques, la fotografía macro que os muestro, descubre con todo detalle la morfología de los percebes. Cuando más gordos y cortos, mejor para el paladar y peor para el percebeiro que tiene en ellos menos poder de maniobra.
Colores rojizos y anaranjados mezclados con marrones, explotan en nuestras miradas buscando el detalle de este curioso crustáceo que por su aspecto, desagrada a muchos.
Una curiosidad que los hace más atractivos aún. Son hermafroditas y al no tener extremidades, permanecen inmóviles toda su edad adulta ingiriendo comida por filtración.
El movimiento impuesto dificultó la toma de la imagen
Sin apenas luz natural, la imagen recibe la luz blanca de los focos y los pescaderos insisten en tocarlos enérgicamente para que se muevan creyendo que hacía un video.
Ante mi negativa, los dejan tranquilos y puedo captar esta espléndida fotografía que muestra hasta el más mínimo detalle. Su sabor a mar se percibe en la imagen cargado de detalles de algas que apenas se quitan para mantener su frescura.
Muy probablemente, los fotografiados, seguían vivos mientras debatimos la toma correcta. A la persona torpe e ignorante coloquialmente se le llama percebe.
Injusto este significado para tal alta estirpe, la de los percebes de A Coruña que inteligentemente, creciendo juntos, torpemente abigarrados resisten y resisten hasta que llega el buen percebeiro.
Habrá que esperar al proximo viaje para disfrutar del Mercado Plaza de Lugo de A Coruña, un lugar no solo para comer sino para captar preciosas imágenes que ya os iré enseñando. La fotografía gastronómica en los mercados suele ser espectacular. Espero que os gusten.