Tellinas en estado puro. Sin salsa verde por favor. Con limón, a la plancha. La fotografía gastronómica no solo nos acerca el aspecto de una comida sino también su sabor, su aroma, su textura.
Recuerdo que cuando éramos pequeños escarbamos con las manos en la arena y cogíamos estos moluscos deliciosos. Ahora está prohibido cogerlas en nuestras playas. Mucha gente rastrillaba la orilla agotando casi la especie.
Las tellinas las encontramos en los restaurantes de mil maneras pero a mi me gustan sencillas, sin salsas ni añadidos para disfrutar del sabor a mar con solo mirarlas. Sus interiores anacarados imprimen sombras imposibles a las imágenes. El brillo del aceite de oliva, verde, contrasta con los trozos de limón que parecen adornar el plato.
Un mar de tellinas para disfrutar no solo comiendolas sino viéndolas. Una imagen impresionante que invita a cogerlas con los dedos llevarlas a tu boca, saborearla y luego, chuparte los dedos-