Un atardecer en Valencia imposible. Hay días diferentes, inolvidables como este de 2017. Un 13 de diciembre. La luz se iba igual que el año acabando diciembre y ahí estaba yo, enfrente de este espectáculo disfrutando de mi nueva vida.
Muchas veces la fotografía de naturaleza, sobre todo en amaneceres y atardeceres donde la luz es casi irreal, el fotógrafo se plantea qué hacer. ¿Dar prioridad al paisaje urbano teñido de rojo? ¿dejarlo en contraluz para que el espectador adore un atardecer en Valencia irrepetible y por sus maneras, imposible?
Atardecer en Valencia irrepetible
La sorpresa viene al revelar la fotografía y ver que no hace falta pensar nada. El rojo atardecer en Valencia se describe a sí mismo, tal cual. Sin retoques y amenazando una lluvia que al final no cayó. Un día espectacular que acabó así de bonito un 13 de diciembre.
Hacía frío pero no importaba. El viento gélido dió al paisaje una imagen fantasmagórica, atrayente, que se convirtió en un sin fin de colores para terminar en este rojo anaranjado rodeado de gris plomizo.
Los ojos del fotógrafo deben ser los mismos que la realidad y el capturar cada momento implica narrar visualmente una historia. Cada imagen, una historia de la propia ciudad y del propio fotógrafo. Dos visiones, dos realidades. La de una ciudad mediterránea que se adormece y la de una fotógrafa en busca de nuevas sensaciones estrenado vida.
Esperar el atardecer, qué delicia!
No hizo falta más, plantar el trípode, disfrutar del espectáculo esperando y esperando hasta que por fin, la imagen deseada para que tu la disfrutes de igual manera que yo aquel frío 13 de diciembre. Un atardecer en Valencia imposible que se convirtió en real y posible gracias al clic de una cámara.
Muchas veces encontramos muy cerca lo que soñamos lejos y este fue uno de esos momentos que inmortalice con mi cámara y que seguramente, ya nunca podré olvidar al compartirlo contigo… Disfruta como lo hice yo en esta ciudad Valencia, con sus atardeceres imposibles.