Primavera en Valencia, o no?. Llegas impetuosa, como un torbellino y abres todas las ventanas de mi casa, todas las puertas, dejando entrar la brisa suave y múltiples olores que llevas contigo.
Se acaba la oscuridad al verte y al levantarme por las mañanas, sé que por fin estás aquí de nuevo porque mi casa se llena de flores y de ganas de hacer cosas sin parar. Un torbellino de sensaciones se agolpa en mi mente.
Revolucionas mi cuerpo de tal manera que a medida que pasa el tiempo, me hago más y más sensible llegando incluso a enfermar. Si, a veces me enfermas, pero tu energía lo compensa todo. Me dejo llevar y el amor fluye por mis poros sin poder hacer nada para evitarlo.
Me tratas bien, a veces me tratas mal pero ansío verte cada año. Cada vez te quedas menos tiempo dando paso al sofocante calor del saberse abandonado. Nuestra relación se ha convertido en una relación de amor-odio en la que en cuanto sales por la puerta, ya estoy queriendo que vuelvas abrir de par en par las ventanas de mi vida.
Me abrazas con fuerza y susurras suavemente que me quieres con locura y que juntos caminamos por la vida aunque sea de forma interrumpida. De repente, ya no estás pero siempre vuelves. Me enamoro cada vez, todos los años por estas fechas.
Y aunque sé que te irás rápido como siempre, tu ausencia confirmará de nuevo que inevitablemente volverás el próximo año a abrazarme como siempre lo has hecho.
Vera, mi prima, mi amor, mi pasión, la mujer de mi vida. Te esperaré cada año aunque muchos hablen a mis espaldas criticando nuestra relación distinta que llevamos viviendo, intermitente, muchos años, quizás más de los que recuerde.
Comienza nuestro tiempo. Acabamos de empezar, disfrutemos del momento y no pensemos, Vera mía. Volverás a irte como cada año dejándome de nuevo con una astenia infinita difícilmente curable.
Epílogo: Las relaciones humanas, a veces son como las estaciones del año. A veces cálidas, a veces frías, a veces sofocantes, a veces tormentosas… y las transformamos en relatos para no olvidarlas. Como la PrimaVera en Valencia, seguro que usted también ha tenido alguna que otra en su vida… o no?
Un placer volver a releer el relato. Cierto es que todos hemos tenido amores imposibles y la mayoría de las veces sin enterarse la otra persona. Gracias por publicarlo
. Amiga
Cierto Lidón. Todos hemos tenido alguna Prima Vera en nuestras vidas 😉